lunes, 30 de marzo de 2009

Agrosistema
Odum (1972) se refiere a los agrosistemas como ecosistemas domesticados cuya fuente de energía, al igual que los ecosistemas naturales, es el sol. Sin embargo, difieren de éstos en que las fuentes auxiliares de energía para aumentar la productividad son combustibles fósiles, además dela fuerza de trabajo humana, animal y de maquinaria. Además, la biodiversidad es reducida para maximizar la producción de bienes específicos. El control del sistema es externo y orientado a objetivos particulares, en contraste con el control interno de retroalimentación de los ecosistemas naturales.
Si partimos de la idea que un agrosistema es un ecosistema que contiene especies cultivadas agrícolamente, podemos distinguir dos grupos extremos. Uno de éstos, el actualmente dominante a nivel mundial, se califica de "moderno", tecnificado o industrial (intensivo) y se caracteriza por requerir subsidio a través de insumos para su mantenimiento y por ser simple estructuralmente (monocultivos, extensivos en el caso de plantaciones). En el otro extremo se encuentran los sistemas tradicionales, típicamente diversificados, que se caracterizan por contener diversidad de especies, que además tienen necesidades pequeñas de insumos externos, debido a su semejanza en estructura y función a los ecosistemas naturales (Odum, 1984).
Además de proporcionar cultivos alimentarios y de fibra, y de constituirse en fuente de recursos genéticos de cultivos, los agrosistemas mantienen algunas funciones de cuenca (infiltración, control de flujo, protección parcial de suelos), proveen hábitats para aves, polinizadores y organismos del suelo importados a la agricultura, producen materia orgánica para el suelo, fijan carbono de la atmósfera, y suministran empleo.

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